¡Buenos días!
Esta semana vamos a explicar una forma diferente de estimulación lo que se denomina “ESTIMULACIÓN MULTISENSORIAL”. Este tipo de estimulación es muy importante ya que a través de las sensaciones se pueden beneficiar determinadas funciones cognitivas y se puede evitar la aparición de trastornos conductuales.
¿Qué es la estimulación multisensorial?
La estimulación multisensorial (EM) surge en los años 70 en Holanda destinada a personas con dificultades de aprendizaje, pero es a partir de los 90 cuando se comienza a utilizar en personas con demencia.
La EM consiste en “un amplio abanico de técnicas dirigidas a proporcionar un cúmulo de sensaciones y estímulos específicos a personas con discapacidad y necesidades de apoyo generalizado. De esta manera, se ofrecen estímulos sensoriales (visuales, auditivos, somáticos…) a los que no tendrían acceso por sus limitaciones y que permiten mejorar su calidad de vida. Resulta ser un instrumento adecuado, que puede mejorar la calidad de vida y las posibilidades de desarrollo de las personas, en este caso, con demencia” (Amposta, 2006). La EM provoca un estado de mayor receptividad sensitiva que favorece un mayor nivel atencional y la activación de la persona.
Las personas con deterioro cognitivo, debido a sus limitados en el proceso de la información, pueden presentar diferentes nivel de desconexión con el entorno, generando así la aparición de trastornos de conducta, dificultades para relajarse y reacciones emocionales como la ansiedad.
Esta técnica suele utilizarse en personas con deterioro cognitivo y/o demencia, dado que tienen las capacidades cognitivas más afectadas y presentan limitaciones a nivel comunicativo. Por ello, esta forma de intervención aumenta la implicación de las personas en el entorno, reduciendo y/o evitando las conductas problemáticas como la apatía (ausencia de respuesta al ambiente, aislamiento social y falta de respuesta emocional), la agitación y la desconexión con el entorno.
En este tipo de intervenciones se utilizan elementos que generan estímulos tenues que se encargan de activar los cinco sentidos. Estos estímulos surgen de la realización de actividades sensoriales que generan placer y que no requieren de procesos ni habilidades cognitivas, todo ello en un entorno relajado y controlado. Debe ser realizado por un terapeuta y las sesiones no suelen ser estructuradas, invitando continuamente al participante a que interactúe con el con el ambiente.
¿Qué beneficios se obtienen?
Hay estudios que demuestran la eficacia de la EM a corto plazo, aumentando la apatía, la agresividad y la desinhibición. Asimismo, Cruz et al. obtuvieron que mejora la relación con el cuidador, aumentando la risa y la implicación.
Con todo ello, se observa que es una técnica de intervención que mejora la calidad de vida de los que participan en ella. Además, como siempre os indicamos en Memoria Vital, hacer cualquier tipo de intervención centrada en la persona (sus preferencias, etc.) hace que los efectos obtenidos sean mayores.
La EM en centros especializados (Centros de Alzheimer) o en residencias que cuenten con un espacio habilitado para ello, se realiza en una sala denominada Snoezelen. Esta habitación cuenta con diferentes elementos táctiles, luminosos, sonoros, olfativos…donde la persona interactúa con ellos.
En domicilio se pueden realizar actividades y materiales caseros que ayuden a estimular sensorialmente a nuestros mayores. A continuación, os dejamos unos ejemplos:
- Presentar olores
- Acariciar con plumas
- Poner música relajante
- Jugar con luces tenues, de colores,….
- Tocar objetos con diferentes texturas (panel de texturas)
- Botellas sensoriales
Como siempre, si necesitas asesoramiento o ampliar información, no dudes en ponerte en contacto con la asociación. Estaremos encantadas de ayudarte.
¡Feliz Semana!
Fotografías: Kits multisensoriales senso,Cucu mama y Pinterest. Bibliogafía: Vaca, R.; Aznar, C.; Martínez, P.: Villa, E.; Espluga, S.; pozo, A. y Ancizu, I. Estimulación multisensorial en centros residenciales: Una terapia no farmacológica que mejora la conexión con el entorno.Revista de Psicogeriatría.