Las emociones - Memoria Vital Psicología

Buenos días!!

En línea con la semana anterior vamos a seguir con el tema emocional. Y, ¿por qué nos hemos planteado hablar de las emociones? El motivo es porque son muy importantes en el día a día de las personas; reconocerlas, interpretarlas y experimentarlas son parte del ser humano y, en los cuidadores y en las personas mayores, las emociones juegan un papel muy importante, sobretodo en aquellas con demencia. En las personas con algún tipo de deterioro cognitivo lo que perdura son las emociones, lo que les genera una persona (aunque no la reconozcan), lo experimentan de forma emocional (se enfadan si se les habla mal, se alegran si las tratas y hablas bien, con cariño…). Y por otro lado, para los cuidadores, saber reconocer como se sienten, va a ayudarles en su día a día.

Para comenzar…¿ Qué son las emociones?

Las emociones son un mecanismo de alarma que se activa en nuestro interior cada vez que se presenta una situación crítica. Ante circunstancias de este tipo, la emoción toma el control y decide acciones que son realizadas de forma impulsiva. Por ejemplo, si nos dan un susto, nos apartamos rápidamente de lo que nos ha asustado y, nuestro cuerpo, experimenta cambios como la aceleración de la respiración o del ritmo cardíaco.

Existen siete emociones básicas: ira, tristeza, sorpresa, miedo, felicidad, amor, sorpresa y desagrado. Cada una de ellas tiene diferentes matices o grados o estímulos que las desencadenan.

¿Para qué sirven las emociones?

Cada emoción ayuda a resolver un tipo específico de problema, inhibe las reacciones ante estímulos irrelevantes y se ocupa de dirigir la acción ante lo importante de dicho momento. Asimismo, las emociones básicas cumplen objetivos muy precisos.

La IRA: hace su aparición ante la sensación de hallarse bajo una amenaza física o psicológica.
El MIEDO: se presenta en situaciones de peligro y prepara al organismo para la lucha o la huida. Es un mecanismo de seguridad.
La SORPRESA: aparece frente a acontecimientos inesperados. Es fugaz e imprevisible y, cuando la persona ha adquirido la información necesaria de la situación, esta emoción da paso a sentimientos positivos o negativos que, a su vez, son seguidos de otras emociones como el miedo, la alegría,…
El DESAGRADO: surge cuando algo resulta repulsivo, ya sea de forma literal o metafórico.
La FELICIDAD: como estado placentero que supone nace a partir de la ausencia de preocupaciones, suprimiendo, en gran parte, las emociones que alertan de peligro.
El AMOR: produce un efecto de calma, satisfacción y relajación.
La TRISTEZA: las energías se reducen y eso conlleva que la persona, por ejemplo, se encierre en sí misma, llore…

Ahora que conocemos las emociones básicas, y en línea con la semana pasada, es igual de importante conocer las emociones como RECONOCERLAS.

Reconocimiento de emociones

El primer paso para una adecuada Inteligencia Emocional (https://memoriavitalpsicologia.com/inteligencia-emocional-que-beneficios-tiene-su-desarrollo-en-las-personas-mayores) es saber reconocer las emociones y los sentimientos. Aunque consideremos que siempre conocemos qué sentimos en cada momemto o sobre alguna cosa, en muchas ocasiones no somos capaces de identificar todas aquellas emociones que se han hecho presentes en esa circunstancia. Para reconocer las emociones de forma inmediata, inicialmente, es necesario tener conciencia de nosotros mismos.

¿Cómo hacemos eso? Simplemente consiste en pararnos un momento, reconocer cómo nos sentimos e identificar la emoción que nos está dominando. Esto no es tarea fácil porque tendemos a dejarnos llevar sin pararnos a investigar qué nos está ocurriendo; pero si lo ponemos en funcionamiento, con la práctica, este proceso será cada vez más sencillo.

En las personas mayores con demencia, este proceso no existe, pero es tarea del observador, conocer, reconocer e interpretar la expresión emocional del mayor, actuando en consecuencia ante la emoción interpretada. Asimismo, esta práctica en los cuidadores va a favorecer su bienestar psicológico, evitando el estrés emocional, y la expresión inadecuada de las emociones (p.e. frustración—grito).

Por otro lado, cada persona experimenta las emociones con distintos niveles de intensidad. ¿Qué quiere decir esto? que no todos reaccionamos igual ante una misma situación. Por ello, no podemos evidenciar, en ningún caso, que alguien esté sintiendo lo mismo que nosotros ante la misma situación vivida.

Tipos de personas según el tipo de vínculo con las emociones

Nos parece interesante indicar los tipos de personas que el psicólogo John Meyer identificó y clasificó en función del tipo de vínculo que tuvieran con sus emociones:

Personas conscientes de sí mismas: son aquellas que saben en cada momento qué están sintiendo. Se limitan a reconocer la emoción dominante y consiguen que los estados emocionales perduren poco tiempo. Gozan de una vida emocional plena y son consideradas personas sanas y positivas que prestan atención a lo que les sucede de forma interna.
Personas atrapadas en sus emociones: son volubles y suelen sentirse desbordadas por todo tipo de sentimientos, no teniendo, prácticamente, conciencia sobre lo que les está ocurriendo. Este tipo de personas, a las que les cuesta mucho saber qué quieren y no saben cómo conseguirlo, suelen padecer trastornos como la ansiedad o como la depresión.
Personas que aceptan sus emociones: son personas que pueden reconocer sus estados anímicos pero no tratan de cambiarlos.

Control vs Represión de las emociones

Una vez hemos identificado las emociones, podemos hacer dos cosas, reprimirlas o controlarlas.

Represión emocional: esto implica la negación de las mismas (pe. no ser conscientes de que estams ansiosos, tristes…). A pesar de que el cuerpo indica que que algo no va bien, la persona no es capaz de reconocer lo qué le ocurre.
Control emocional: la persona hace conscientes las emociones para evitar que éstas se mantengan y se hagan crónicas.

Durante el día pasamos por muchas situaciones que nos generan emociones distintas sin darnos apenas cuenta. Por ejemplo, que se nos caiga un café encima, que la impresora se atasque en el peor momento, recibir una llamada sorpresa de alguien querido… Todas estas situaciones generan emociones diferentes pero sólo prestamos atención a aquellas que destacan por su nivel de intensidad. Con esto queremos decir que las emociones están presentes en todo momento y hay quienes pueden pasar de una emocióna a otra con facilidad, pero hay otras personas que tienen grandes dificultades para abandonar las emociones que están sintiendo. Para poder solucionar este problema, inicialmente, la persona debe reconocer lo que siente y, tras esto, se recomienda cambiar el foco atencional realizando, por ejemplo, tareas que resulten plancenteras y que bloqueen el pensamiento y la emoción que se está sintiendo.

Para terminar, y con el objetivo de comenzar un cambio en la gestión emocional, os vamos a dejar un ejercicio para reconocer las propias emociones

Durante una semana, como mínimo, tendrás que realizar lo siguiente:

Por la noche, antes de irte a dormir, haz un repaso de los principales acontecimientos del día y apúntalos brevemente en una lista.
Ante cada situación, intenta recordad qué emoción apareció.
Haz memoria para saber cuánto tiempo estuvieron presentes cada una de las emociones.

Al final de la semana mira cuál es la emoción que más a menudo has detectado. Esto te servirá para poder reconocerla y controlarla en otras ocasiones.

Este artículo, junto al anterior, van a dar paso a una serie de publicaciones donde trabajaremos las emociones VS los trastornos. Vamos a aprender a identificar los síntomas en cada caso para mejorar la concepción de lo que nos está ocurriendo.

Ya sabéis que podéis escribirnos ante cualquier duda o solicitud de información, ¡estamos a vuestra disposición!

¡Os deseamos un feliz lunes y una mejor semana!

Asociación Memoria Vital Psicología.

Bibliografía: 
Pérsico,L.(2016) Inteligencia emocional.Ed. Libsa. 
Goleman, D.(1996) Inteligencia Emocional.  Ed. Kairós