Seleccionar página

¿Qué es la Reserva Cognitiva? ¿Y la Reserva Cerebral?

 

Desde una perspectiva activa la Reserva Cognitiva se considera como un mecanismo activo basado en la aplicación de los recursos aprendidos gracias a una buena educación, profesión o coeficiente intelectual. Es decir, este tipo de reserva nos proporciona la eficacia y flexibilidad en la resolución de problemas a través de toda la información aprendida, en distintos campos o dominios, a lo largo de nuestra vida.

Desde una perspectiva pasiva se sugiere el término Reserva Cerebral basándose en el tamaño del cerebro, conexiones sinápticas o número de neuronas, o lo que es lo mismo, la cantidad de tejido del Sistema Nervioso Central disponible para la plasticidad en respuesta al envejecimiento cerebral normal o patológico.

Estos dos tipos de reserva interactúan entre ellos ya que una alta reserva cognitiva, obtenida gracias a un alto nivel educativo y ocupacional, entre otras muchas cosas que veremos más adelante, nos hace tener un mayor número de neuronas y densidad sináptica.

 

Entonces, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de Reserva Cognitiva?

 

La Reserva Cognitiva (RC) es la capacidad que tienen determinadas personas para retrasar la aparición del deterioro cognitivo visible que conlleva el envejecimiento, una patología o daño cerebral, mientras que los datos de neuroimagen muestren un estado cerebral afectado.

Dicho en otras palabras:

“Las personas con mayor RC consiguen mantener una actividad mental normal a la vista (o por lo menos no tan afectada como “debería”), sin problemas de memoria, conductuales, de lenguaje, etc., mientras que su cerebro, visto a través de pruebas de neuroimagen, estaría neurológicamente afectado.”

 

Variables que influyen en la RC

 

Entre las variables que influyen en la RC de una persona están: la educación recibida (años de estudio), la cultura adquirida (hay personas que han logrado mucho intelectualmente sin recibir años de estudio reglado), las actividades de ocio (actividades mentalmente estimulantes y con un grado suficiente de complejidad), las relaciones sociales, el ejercicio físico, el compromiso social e intelectual, etc..
Podemos concluir que, en general, lo importante es estar activo, mental y físicamente, y que siempre es relevante que las actividades sean estimulantes y complejas en la medida en la que nos supongan un reto. Estudiar algo nuevo, relacionarte con personas nuevas, aprender a pintar, entre otras… son actividades que pueden aumentar nuestra RC.

Es importante tener en cuenta que la RC no es un fenómeno estable en el tiempo, sino que es un proceso dinámico en el que influyen, como ya hemos visto, muchos factores. Además, evoluciona con la edad teniendo implicaciones muy importantes para la función cognitiva en la vejez, y más concretamente, frente a un proceso neurodegenerativo.

 

¿Cómo podemos trabajar la RC?

 

Ha quedado claro que la estimulación cognitiva a lo largo de la vida proporciona un “plus” al cerebro de forma que, durante el envejecimiento, e incluso durante los estados iniciales de un proceso neuropatológico, puede utilizar recursos acumulados para compensar parcialmente la influencia de la edad a la neuropatología.

Pero ¿podemos hacer algo una vez somos adultos mayores? La respuesta es sí. Como hemos visto, la RC no es un proceso estático; de manera que es un error creer que por haber tenido una profesión compleja a nivel cognitivo y social durante nuestra vida laboral, nos protegerá del deterioro cognitivo si, llegada la jubilación, detenemos de golpe toda esa actividad mental, social e incluso física.
Es importante, y más aún en esa etapa de nuestra vida, mantenernos activos y ejercitar nuestro cerebro. Leer el periódico, aprender algo nuevo, relacionarnos socialmente, hacer ejercicio y, por supuesto, mantener una buena alimentación, siempre ayuda; pero en muchos casos no es suficiente. Desde la Asociación Memoria Vital Psicología realizamos talleres de memoria y sesiones de estimulación cognitiva para mantener, e incluso mejorar, las capacidades cognitivas (funciones ejecutivas, lenguaje, memoria, atención, etc.) de personas sin ninguna patología cerebral pero que quieren ponerse en manos de profesionales para aprovechar al máximo su tiempo y sus capacidades.

Así mismo, diversos estudios han demostrado que los sujetos con una lesión cerebral o deterioro cognitivo y que reciben psicoestimulación, desarrollan su capacidad de aprendizaje, es decir, aprenden a aprender, demostrando que es posible un incremento de la RC en estos sujetos ya lesionados.

Como conclusión podemos decir que la Reserva Cognitiva ofrece una explicación a los beneficios de dedicar tiempo a la estimulación del cerebro a través de una serie de actividades cognitivas, sociales y de ocio; y que tener una mayor Reserva Cognitiva requiere que el cerebro esté más afectado ANTES de que comience a afectarse la memoria en la demencia.

 

Thanks!








    He leído y acepto los Términos y Condiciones.