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¿Qué son?

 

Las Funciones Ejecutivas (FFEE) son un grupo de habilidades cognitivas dirigidas al logro de una meta y orientadas al futuro. Son especialmente importantes en situaciones nuevas e inesperadas. Están mediadas por los lóbulos frontales, parte importante en la comprensión de las implicaciones que tienen cierto tipo de demencias y trastornos que se ven afectadas por esta parte del cerebro.

 

Procesos de las Funciones Ejecutivas

 

Según el modelo propuesto por Tirapu (2017), las FFEE están formadas por varios procesos:

  1. Memoria de trabajo: capacidad de registrar, codificar, mantener y manipular la información.
  2. Planificación: capacidad de ensayar mentalmente situaciones que todavía no se han puesto a prueba.
  3. Flexibilidad cognitiva: capacidad de cambiar de manera flexible las ideas mentales.
  4. Inhibición: control de las interferencias y los distractores.
  5. Toma de decisiones: ejecución activa de los planes.
  6. Procesamiento de la información: velocidad de procesamiento de la información.
  7. Ejecución dual: trabajar con información visual y verbal al mismo tiempo.
  8. Multitarea: realizar actividades de mayor complejidad que las tareas duales.
  9. Fluidez verbal: acceso a la recuperación de memoria semántica (de los conocimientos que tenemos del mundo) y sus estrategias.

¿Para qué sirven?

 

Sirven para organizar, planificar, seguir secuencias de acción y ejecutar los planes.
Las ponemos en marcha, por ejemplo, cuando nos levantamos por la mañana y organizamos nuestro día: la secuencia de actividades que seguiremos en función del tiempo que nos ocupe cada una, relevancia, urgencia, preferencia, etc. Además, con ello,establecemos la planificación del tiempo que vamos a dedicar a cada una, los materiales posibles que necesitaremos, la secuencia de acciones para conseguirlo. Y posteriormente, a lo largo de la mañana, las realizaremos, y mientras lo hacemos, seguiremos utilizando nuestras FFEE.

Otro ejemplo es la planificación de unas vacaciones en avión y la posterior ejecución de las mismas. Buscaremos el destino, hotel, precios, aeropuerto de salida y llegada, tiempo que implica cada traslado. Planificaremos las actividades a realizar en el destino repartiéndolas en los distintos días que tenemos de vacaciones.
Un tiempo antes de la fecha de salida, planificaremos la maleta, la haremos, calcularemos el tiempo con que tenemos que salir de casa para llegar al aeropuerto con tiempo para facturar las maletas. Tendremos que saber qué mostrador y puerta de embarque es la que nos corresponde, etc.

La gestión de unas vacaciones es algo que hacemos con gusto, pero es cierto que en ocasiones también es complicado. Este ejemplo nos muestra la importancia de las FFEE en nuestro día a día y se puede extrapolar a la planificación de estudios, de un proyecto específico en el trabajo, incluso de los gastos del mes.

 

Otra actividad para la cual son necesarias las FFEE (entre otras) es aprender a conducir. Todos podemos recordar el proceso de aprender a conducir, en el cual, al principio, tenemos que pensar que tenemos que pisar el embrague, meter la marcha, acelerar, soltar poco a poco el embrague… por no decir, la cantidad de acciones que realizamos durante la conducción en carretera. Este tipo de actividad, con el tiempo y la práctica, se vuelve automática, o lo que es lo mismo: una actividad procedimental.
Las actividades procedimentales son aquellas para las que no es necesaria nuestra atención consciente, que se realizan de forma automática. Siguiendo con el ejemplo, ya no tenemos que pensar en el proceso de pisar el embrague, meter la marcha y soltar poco a poco mientras aceleramos. Lo hacemos sin pensar. Pero para llegar a que esta actividad sea automática, tenemos que aprenderla, y es en ese proceso de aprendizaje donde intervienen las FFEE.

 

Las actividades procedimentales de cada persona concreta podemos utilizarlas para estimular las FFEE, ya que, en principio, son actividades que saben realizar de forma automática. Previsiblemente, al tener mermadas sus FFEE, les costará realizarlas, pero el hecho de que antes fuesen automáticas, facilitará su recuerdo y estimulación.

 

Estos ejemplos nos muestran la complejidad de las FFEE por la cantidad de procesos que implican y la información que manejamos a la vez.

 

¿Qué sucede cuando está afectado el lóbulo frontal y con ello las Funciones Ejecutivas?

 

Se produce una disminución del rendimiento de la persona en general y en las tareas que antes realizaba en particular. Notaremos una falta de persistencia en realizar dichas tareas, así como que se distrae con más facilidad.
Hay una desorganización en la conducta, impulsividad, comportamiento errático, desinhibición, perseveración, no corrección de errores, fracaso ante las tareas novedosas, así como falta de flexibilidad en sus acciones.

 

Algunos ejemplos concretos:

 

– Problemas para aprender de la experiencia: tropezarán siempre con la misma piedra.
– Incapacidad para organizar el día a día, iniciar acciones (ir a la compra) y para optimizar el tiempo (harán en toda la mañana lo que antes hacían en una hora).
– Debido a la desinhibición se podrán observar conductas socialmente inapropiadas (por ejemplo, decir chistes sexuales).
– Mostrarán poca empatía (dificultad para ponerse en el lugar del otro). Debemos tener en cuenta que es debido a su trastorno, no al egoísmo.
– También podemos encontrar dificultades en el lenguaje como hablar de forma desorganizada, gramaticalmente incorrecta o un discurso sin sentido.
– Puede que tomen decisiones de forma impulsiva y con poco (o ningún) juicio o, por el contrario, que tengan incapacidad para tomarlas.
– Un ejemplo muy visual y claro es que la persona puede quedarse congelada, sin saber qué es lo que tiene que hacer, cuál es el siguiente paso que tiene que dar. Imaginemos una persona que está poniendo la mesa y, de repente, se queda con las servilletas en la mano sin saber qué es lo que tiene que hacer con ellas.

El prototipo de demencia en la que se ven afectados los lóbulos frontales es la demencia Frontotemporal, en especial la variante conductual. Sin embargo, otras demencias como el Alzheimer, Cuerpos de Lewy o las demencias vasculares, cursan con patología frontal.

 

¿Cómo estimular las Funciones Ejecutivas?

 

A continuación, os proponemos varias tareas que podéis realizar en casa, siempre acompañando a la persona, si la dejáis sola se frustrará y no querrá volver a realizar ni esa, ni ninguna otra actividad. Por supuesto ese acompañamiento debe ser positivo, es decir, con paciencia, motivador y desde el cariño y la comprensión.

 

– Relatos: Pensemos en un señor que ha sido alfarero durante 50 años. Pidámosle que nos cuente como se realiza un jarrón de barro, cómo es el proceso, desde que pone el barro en el torno hasta que finalmente lo pone a secar. Mediante el recuerdo trabajaremos las FFEE, el lenguaje, las praxias y gnosias y, por supuesto, la memoria.

– Emparejamiento de objetos, significativos para la persona, por categorías:

  • El caso de una señora que ha cosido y tejido toda su vida: rollos de hilo por un lado, ovillos de lana por otro, y diversos elementos de corte y confección. Emparejarlos según sean hilo o lana. Del mismo modo emparejar los utensilios que se utilicen para el hilo, por un lado, y los que se utilicen para lana, por otro.
  • El caso de un señor que ha sido mecánico 40 años: Caja de madera con tuercas y tornillos de distintos tamaños. Emparejar cada tornillo con la tuerca que le corresponda.

– Ordenar una historia, o una acción: se les ofrecen en principio tres imágenes de una persona realizando una acción, por ejemplo, cocinando: una imagen de una mujer que lava las verduras, otra imagen con la misma mujer echándolas a la olla, y una última imagen de ella sirviendo la comida en el plato. Las imágenes se proporcionan desordenadas para que la persona ordene la secuencia. Poco a poco se incrementará la dificultad y una misma acción se proporcionará dividida en 5 imágenes, por ejemplo.

– Ordenar listas de palabras o de imágenes según una característica común. Por ejemplo, elegimos el tamaño: grande y pequeño. A continuación, presentamos una serie de palabras (o imágenes) de elementos grandes y pequeños (una casa, una canica, un elefante, una hormiga, etc.) y la persona deberá ordenarlos según considere que son grandes o pequeños.

– Razonamiento sobre diferencias. Presentamos a la persona una serie de palabras que juntas formen un refrán, por ejemplo “Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija” y añadimos una palabra que no encaje con ese refrán, por ejemplo “pájaro”. La persona deberá detectar esa palabra intrusa.

– En la línea de la actividad anterior, una vez detectada la palabra intrusa y formado el refrán, pediremos a la persona que nos diga cuál es el consejo o idea que nos transmite ese refrán.

En todos los ejercicios que os proponemos no solo se trabajan las FFEE, sino también la atención, la memoria, las praxias y gnosias, etc. Esto es porque, las funciones cognitivas no trabajan de forma aislada, sino que todas están íntimamente conectadas.

 


 

Estamos a vuestra disposición para aclararos cualquier duda, realizar un plan de estimulación cognitiva personalizado, o simplemente apoyaros en lo que necesitéis.

¡Desde Memoria Vital Psicología os deseamos un feliz lunes y una mejor semana!

Thanks!








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