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Esta semana continuamos con las Gnosias, un tipo de función cognitiva quizás un poco difícil de explicar y de entender, pero vamos a intentar, con ejemplos, hacerlo lo más sencillo posible.

 

¿Qué son las GNOSIAS?

 

Las gnosias son la capacidad que tiene nuestro cerebro para reconocer información previamente aprendida, como pueden ser lugares, personas u objetos, a través de los sentidos. Cuando hablamos de sentidos nos referimos al visual, auditivo, táctil, olfativo y gustativo.

Gnosias visuales: son la capacidad que tiene nuestro cerebro de reconocer de forma visual diferentes estímulos. A la vez que los reconoce también les atribuye sentido. Los estímulos pueden ser caras, objetos, colores o formas.

Gnosias auditivas: capacidad que tiene nuestro cerebro de reconocer de manera auditiva los sonidos.

Gnosias táctiles: capacidad que tiene nuestro cerebro de reconocer mediante el tacto la temperatura, los objetos o la textura.

Gnosias olfativas: capacidad que tiene nuestro cerebro de reconocer diversos olores.

Gnosias gustativas: capacidad que tiene nuestro cerebro de reconocer mediante el gusto diversos sabores.

En estas solo interviene un canal sensitivo (el ojo, el oído, etc.), pero también existen gnosias complejas como el esquema corporal en las que interviene más de un canal sensorial.
El esquema corporal es la capacidad que tiene nuestro cerebro para reconocer el cuerpo como un todo y sus partes por separado. Para orientarse en el espacio y para desarrollar los distintos movimientos que podemos realizar.

Obsérvese que decimos que es la capacidad que tiene nuestro CEREBRO, no los órganos sensoriales en sí mismos (ojos, nariz, papilas gustativas, etc.).

 

Pero…¿Para qué sirven las gnosias?

Las gnosias son muy importantes en el día a día para reconocer lugares que conocemos, ubicaciones específicas (dónde está mi casa en medio de la urbanización, cuál es el lugar de mi mesa en la oficina…), las caras de nuestros seres queridos y de los conocidos, etc.

Cuando existe una incapacidad para reconocer un estímulo previamente aprendido (sin una deficiencia en la percepción, lenguaje o intelecto), lo llamamos AGNOSIA.

La palabra Agnosia viene del griego y significa “ausencia de reconocimiento”.
De la misma manera que hay gnosias de cada modalidad sensorial, también hay agnosias visuales, auditivas, etc.En las Agnosias las áreas comprometidas del cerebro son las llamadas Áreas de Asociación Secundaria y Terciaria.

 

Ejemplos de Agnosias.

 

Agnosia auditiva verbal o “sordera pura para las palabras”: dificultades para distinguir los sonidos del habla del resto de estímulos auditivos que percibe, o bien para recuperar el significado de los conjuntos de fonemas.

Amusia: dificultad para reconocer tonos o ritmos musicales o de reproducirlos, lo que a su vez puede acarrear problemas con la escritura o la dicción. “Carencia de música”.

Agnosia digital: que afecta específicamente al reconocimiento a través de los dedos de las manos.

 

Si sufrimos PROSOPAGNOSIA tendremos dificultad para reconocer, incluso, la cara de la que ha sido nuestra compañera de vida.

Prosopagnosia: dificultad para reconocer el rostro de las personas. Para hacerlo deben reconocer objetos accesorios (como pueden ser las gafas, un gorro, la vestimenta, etc.) o incluso la voz. A este respecto, se puede conservar la capacidad para reconocer la voz, las expresiones faciales, la edad o el sexo. Puede darse el caso de que la dificultad se dé también para reconocer el propio rostro.

Simultagnosia: Incapacidad para interpretar una escena compleja en su totalidad, con descripción de detalles o partes individuales. Se pueden percibir aspectos individuales de la escena o el estímulo pero no integrarlas en un todo organizado.
Por ejemplo, las personas con simultagnosia pueden deletrear una palabra pero no leer la palabra completa (alexia verbal).

 

Ceguera cortical: Incapacidad para procesar la información visual, de manera que las personas que la padecen se comportan como ciegos.

Acromatopsia: dificultades para la percepción del color que puede darse en todo el campo visual o solo en una parte. La persona ve los objetos en diferentes tonos de gris.

Acromatognosia: La persona percibe correctamente los colores pero no los categoriza adecuadamente. No pueden emparejar colores del mismo tono o seleccionar un color mediante una orden verbal (“coge el lápiz azul”).

Agnosia visual de objetos: dificultad para reconocer objetos o señalar cuál es su función. Además, no recuerda haberlos visto nunca. Sin embargo, sí es capaz de reconocerlo mediante otra modalidad sensorial como, por ejemplo, el tacto.

Síndrome de Anton: esta es un tipo de agnosia muy llamativo, ya que, aunque las personas son incapaces de reconocer ningún estímulo visual, niegan el hecho de que en ellas haya ceguera. Se comportan de acuerdo con la creencia de que tienen la visión conservada e incluso “confabulan” sobre lo que están “viendo”.

Síndrome de Balint: la persona presenta paralisis en la mirada, de manera que no puede mover adecuadamente los ojos para explorar el campo visual. También se da simultagnosia (incapacidad de ver varios elementos de forma simultánea), y ataxia óptica (imposibilidad para usar información visual para coordinar las acciones y dificultad para realizar movimientos oculares guiados visualmente).

Trastornos de la percepción espacial: dificultades para la localización de objetos, para percibir la profundidad, la orientación de líneas o, incluso, hacer un cálculo erróneo del número de estímulos.

 

Agnosia Topográfica: Dificultad para reconocer las señales topográficas del medio externo (casas, calles, edificios, etc.), a pesar de conservar la habilidad para dibujar un plano o describir verbalmente una ruta.

Amnesia Topográfica: la persona puede identificar las casas y las calles que le hacen reconocer su vecindario pero ha olvidado en qué dirección se encuentra su casa y cuál es su ubicación espacial específica. La persona no sabe cómo dirigir su cuerpo de acuerdo con las marcas espaciales y se desorienta. La amnesia topográfica no supone un problema perceptivo sino, como su propio nombre indica, de memoria, ya que las personas reconocer las señales topográficas pero han olvidado su ubicación espacial.

 

¿Qué actividades podemos realizar para estimular las Gnosias?

 

 

Ofrecer a la persona un montón de letras variadas y pedirle que forme palabras, para después, con esas palabras, formar frases también es un buen ejercicio con el que, además, trabajamos el lenguaje.

Reconocer rasgos faciales: mostramos una imagen de una cara formada por los ojos de una persona y la boca y barbilla de otra. A su lado ponemos la imagen de cuatro caras. La persona debe reconocer entre esas cuatro caras qué dos son las que forman la cara inicial.

Reconocer tamaños: mostramos una imagen con un determinado tamaño (por ejemplo un cuadrado grande), y a continuación se muestran tres cuadrados de diferentes tamaños. La persona debe reconocer entre esos cuatro cuadrados cuál tiene el mismo tamaño que la imagen inicial.

 

 

Reconocer ángulo de giro: Una imagen con determinado ángulo de giro, y a continuación, la misma imagen girada con tres ángulos distintos. La persona debe reconocer cuál de esas tres imágenes tiene el mismo ángulo de giro que la inicial.

Reconocimiento de objetos con interferencia: Se muestra la imagen de un objeto (por ejemplo,un jarrón) detrás de un enrejado de líneas que dificulten su percepción. A continuación se le muestran varios objetos sin enrejado y debe decidir cuál de ellos es el que corresponde a la imagen inicial.

 

Puzle: Con la realización de puzles de distinta dificultad también conseguimos trabajar la integración de distintos elementos en un todo.

 

 

 

Imagen degradada: Presentamos a la persona la imagen degradada de un objeto, alimento, animal, persona, etc. Es decir, una imagen que no se vea completamente para que tenga que identificar de qué objeto se trata.

 

 


 

Os recordamos que estos son ejercicios orientativos, que podéis realizar en casa, pero siempre es mejor realizarlos con un profesional que nos indique el grado de dificultad, que nos ofrezca un plan de estimulación organizado con el que trabajar las distintas funciones cognitivas en función de las dificultades de la persona, y que modifique este plan en función del avance de la enfermedad o del estado de ánimo de la persona. No debemos olvidar la influencia de las emociones, así como no debemos dejar de comprenderlas y respetarlas.

Desde Memoria Vital Psicología os recordamos que estamos aquí para vosotros y os deseamos un ¡feliz lunes y una mejor semana

Thanks!








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